Hace muchos años, mamá, papá, hermana y nosotros – Árbol, vivíamos en el bosque, y luego, un día, temprano en la mañana, un grupo de madereros irrumpió en nuestro bosque, con la intención de talarlo. Cuando se fueron, en el bosque que alguna vez fue exuberante y denso, éramos los únicos que quedaban: Árbol y algunos de nuestros amigos más; éramos demasiado pequeños y delgados para ser talados.
Desde el lugar donde crecemos, todos los días por la mañana, después de que sale el sol, y por la tarde, antes de que se ponga, oramos por las vidas rotas de nuestra madre, nuestro padre y nuestra hermana, que crecieron junto a nosotros.
Hablamos esta confesión a todos los que quieren y pueden escucharla, cuyo número no es grande. Son pocos los que entendéis que nosotros, los árboles, también estamos vivos, como vosotros, pero de una manera diferente, estática y para nosotros específica. Cuando comprendas esto, dejarás de destruirnos y llenarás los bosques talados con plantones de árboles de diversas especies. Cuándo sucederá eso, no podemos decirte, porque depende únicamente de ti, que estás leyendo esta confesión.
Árbol
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25dic24
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